En medio del Cañón del Ebro, un pequeño pueblo burgalés atrapa por su arquitectura y por su naturaleza, una simbiosis espectacular donde el verde y la piedra juegan a rozarse. Se trata de Orbaneja del Castillo, y lo hallarás casi limitando con Cantabria.
Tranquilo y solitario durante el tiempo invernal, duplica su
población durante el verano, ya que se ha convertido en un entorno turístico único para los amantes de la naturaleza.
El arroyo, que se encauza bajo las casas de piedra, lame las fachadas hasta formar un salto de agua increíble que se derrama por entre las piedras. Ese es sin duda el rincón más
fotografiado, aunque no es la única cascada que podrás ver en este alucinante entorno.
Las construcciones de Orbaneja del
Castillo se emparentan con la tradicional arquitectura de
montaña típica del territorio cántabro. Éstas construcciones circulares o cuadradas de piedra servían, en sus orígenes, como graneros y refugios aislados del clima de la región.
Aunque su nombre puede llevarte a pensarlo, no vas a encontrar un castillo en este pueblo verde, si bien cuentan que debió de haberlo en sus tiempos.Tampoco hallarás una iglesia deslumbrante, pues en Orbaneja del Castillo los monumentos son creados por la mano del viento y el agua.
Así que piérdete por su naturaleza viva, y déjate llevar por el sonido del agua en este entorno kársico inigualable que te dejará sin respiración de pura belleza.
Y para los que como yo, son de espíritu aventurero, no puedes dejar
pasar la ocasión de ver la enigmática Cueva del Agua de Orbaneja del
Castillo.
Se cuenta que la entrada de la propia cueva había sido
utilizada como resguardo del pueblo en tiempos antiguos de guerra, y de
manera más prosaica, como refugio del ganado posteriormente.
Actualmente, además de surtir de agua a la villa, es uno de los principales atractivos turísticos de la zona.
Enlaces de interés: Orbaneja del Castillo