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SENDERISMO

De la montaña.

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PLAYAS

Del mar.

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CASTILLOS

De la piedra.

28/6/18

Playa de las Catedrales



La playa de las Catedrales está situada en la costa de la provincia de Lugo. Nombrada así por el conjunto de increíbles acantilados que, esculpidos por el caprichoso viento y el posesivo mar, forman unos arcos y bóvedas espectaculares.

Aunque hay que aclarar que su nombre real es Playa de Augas Santas, y que se encuentra en el municipio de Ribadeo, casi rozando Asturias.  



Cuando la marea baja se puede acceder a un largo arenal delimitado por una pared rocosa de pizarra y esquisto tallada con gusto de dioses: arcos de más de treinta metros nos recuerdan a cuidados arbotantes de catedrales, grutas de decenas de metros pobladas de diferente fauna marina, y pasillos imposibles de arena entre bloques de roca oscura.

Con las “mareas vivas” incluso se puede acceder a las playas vecinas por la arena.



Cuentan los marineros de manos encalladas y pelo cano que, en las horas más oscuras que preceden al alba, aquéllas sin luna, unos halos de luz brillante delimitan una puerta que nos lleva a otro mundo. 

Con un leve resplandor verdoso, dicen que no son más que ojos de sirenas, que iluminan, desde el principio de todos los tiempos, el sendero del mar que conduce a casa a los hombres perdidos.



 



Según la antigua leyenda, entre los oscuros y enormes pasadizos pétreos de una de las rocas que reposan, indolentes, en esta mágica playa, duermen las almas de los hechizados marineros que fueron seducidos y atrapados por el canto dulce de las sirenas.

Mitos aparte, el influjo hipnótico de tanta belleza puede llegar a encadenarte a la arena, y si lo visitas en tiempo invernal y tienes la suerte de que la niebla haga acto de presencia, podrás disfrutar de un toque onírico difícil de desdeñar.










Si logras presenciar una puesta de sol cuando la marea arriba a su límite más bajo, se dice popularmente que los dioses te serán favorables. Las Meigas incluso aseguran que te concederán el deseo que formules en ese momento.



Pero si como a mí no se te presenta este privilegio, aun así saldrás de este enclave natural cambiado. Y con una luz y una serenidad de espíritu asegurados. Prometido.






Enlace de interés: Playa de las Catedrales