Los muros del Monasterio de Piedra datan del siglo XIII, y esconden por tanto casi ocho siglos de Historia desde su consagración, allá por 1218. De hecho podrás disfrutar en vivo y en directo de grandes ejemplos de la arquitectura Cisterciense.
La Iglesia es el eje principal, situada en el centro de la construcción. Dispone de un claustro anexo en torno al
cual podrás visitar las estancias monacales, como la Sala Capitular, la Cillería, la Cocina, el Refectorio y el Calefactorio.
El acceso es totalmente gratuito si te alojas en el hotel, y aunque tiene horarios específicos de visitas son lo suficientemente amplios como para que puedas recrearte en su interior tanto de mañana como de tarde.
La construcción del Monasterio se realiza en los años de transición del
Románico al Gótico, por eso el inconfundible estilo arquitectónico de la Orden
está presente mires donde mires. La constante, una arquitectura sobria, austera, y sencilla, aunque increíblemente luminosa.
Podemos observar que la iglesia está en ruinas como consecuencia de los
años de abandono que, en el siglo XIX, sufrieron los edificios tras la Desamortización. También algunas estatuas y relieves se encuentran mutilados y cercenados, como se puede ver en la foto.
Y es que el monasterio conoció tres procesos desamortizadores, hasta que en 1844 se convirtió en instalación hostelera e hidroterápica.
Pero esto no empobrece el entorno, muy al contrario, lo dota de una belleza especial, que seguro que serás capaz de apreciar.
Enclaves como el jardín del claustro te invitan a la reflexión tranquila y a la espiritualidad, aprovéchalos. Por eso no dejes de sentarte en uno de sus bancos de piedra y disfrutar del sonido de los pájaros.
Enlace de interés: Monasterio de Piedra