La Colegiata de Santa Juliana de Santillana
del Mar, es uno de los monumentos románicos más representativos de la
región. Porque, ¿quién puede resistirse a ese verde inundándolo todo
así, a bocajarro, entre la piedra vieja que palpita así, entre los arcos
de medio punto,apoyados en columnas pareadas o cuádruples, en un
claustro que es como un Edén paradisíaco en la Tierra?
Dicen los del lugar que la joven Juliana fue martirizada
en Asia durante las persecuciones emprendidas por el emperador
Diocleciano a finales del siglo III, y sus restos traídos en el siglo IX
a este lugar por algunos monjes peregrinos. Se construyó una ermita
bajo la advocación de la santa donde custodiar y venerar sus reliquias, y
luego un cenobio que prosperó bajo la protección de la nobleza local.
Fue el rey Fernando I de Castilla, quien en 1045, le dio el impulso
definitivo otorgándole privilegios, uno de los cuales consistió en poner
bajo soberanía de su abad la villa y sus posesiones.
El templo
primitivo fue sustituido en época románica por el que, con diversos
añadidos posteriores, se ha conservado que data del siglo XII.
Oríginariamente constituyó un monasterio benedictino, pero en el siglo
XI adquirió el rango de colegiata regida por una comunidad de canónigos
de San Agustín.
Enlace de interés: Colegiata Santa Juliana